¡Buenos días!
Si te soy sincera hoy no tenía
pensado publicar nada. Iba a ser un miércoles sin post. Raro, ¿verdad? Hay
veces que la inspiración se va de vacaciones y los acontecimientos no son
siempre de color de rosa. Pero, ¿sabes? Este blog es un pedacito de mí, de nosotras,
de lo que nos gusta, de lo que nos emociona…
Por eso hoy simplemente vamos a
dejarnos llevar. Como dice Lara Goretti, vamos a tomarnos un café con la vida y
si quieres, contigo, que estás detrás de la pantalla.
No hay DIY de esos que se hacen con cartulina
y washi tape, ni descubrimiento bonito, hoy. Quizás, si te gusta, podríamos
titularlo DIY para el día a día.
SONRÍE AL DESPERTAR
Nada más que
suena el despertador se activa el mal humor que llevamos dentro, Toca salir del
confort de la cama y nunca casi nunca apetece.
Dedícate unos
minutos a no hacer nada, solo sonríe y piensa en lo grande que puede llegar a
ser el día. En todas esas oportunidades que nos esperan nada más pisar el
portal.
Seguro que así
logramos amanecer más contentos y bufamos menos, porque no hay nada peor que
empezar un desayuno con gruñidos.
ATRÉVETE
A SOÑAR DESPIERTO
Cada día se
presenta como una rutina. La rutina ayuda a poner un orden en nuestro quehacer
cotidiano, pero también nos hace grises si dejamos que se apodere de nosotros
del todo. Nos resta espontaneidad.
A veces
necesitamos que la cabeza se nos llene de pájaros (en el buen sentido de la
expresión) y a mi es una de esas cosas que me encantan y me hacen pelear por lo
que quiero en cada momento.
Soñar despierta con
un viaje, con alcanzar una meta complicada, ahorrar monedilla a monedilla para
comprar un capricho…pequeños o grandes planes que nacen en nuestra cabeza y a
base de ponerle ganas (a veces) llegamos a alcanzar.
Y a eso se le
llama satisfacción y desencadena la felicidad.
APRENDE
DE LOS NIÑOS
Los niños son
las personas con menos preocupaciones, lo cual no significa que no las tengan.
A ojos de un adulto posiblemente casi siempre son pequeñeces, pero para
ellos son tan grandes como las nuestras.
Sin embargo eso
no les resta felicidad, ríen, lloran, son espontáneos y se enfadan. ¡Vaya que
si se enfadan!, pero son pataletas de 5 minutos. Tras desahogar vuelven a estar
contentos. Únicamente dejan que les afecte el mínimo intervalo de tiempo y lo
dejan pasar.
Nosotros, tú y yo,
que ya somos grandes, somos mucho más cabezotas y dejamos que algunas “tonterías”
no nos dejen brillar… ¿Y si somos un poco más niños?
SIENTE LA MÚSICA Y RELÁJATE
Enciende la radio y… ¡baila!
Deja que las notas se apoderen de ti, poco
a poco. Siente el ritmo y muévete. Sin vergüenza, solo está la música y tú.
Canta, aunque no te sepas la letra. Baila, aunque lo hagas mal. Inventa pasos
aunque no salgan perfectos. Gira, salta…hasta que no puedas más (o el vecino no
sepa de tu nueva terapia y pida una tregua).
Vale hacerlo en cualquier momento, mientras
preparas la cena o planchas la ropa que te vas a poner mañana. Simplemente hay
que dejarse llevar… y terminarás con la sonrisa puesta, ¡seguro!
Sabes, los días, a veces, son demasiado
grises. Incluso los hay terribles. Días de esos que te gustaría gritar, como
hace Mafalda: ”Que se apague el mundo, que me quiero bajar”, pero hay que ver
el vaso medio lleno y nunca al revés. Ser positivo siempre suma, nunca resta.
¡feliz semana!
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