miércoles, 18 de noviembre de 2015

4 sencillos pasos para ser un poco más feliz

¡Buenos días!

Si te soy sincera hoy no tenía pensado publicar nada. Iba a ser un miércoles sin post. Raro, ¿verdad? Hay veces que la inspiración se va de vacaciones y los acontecimientos no son siempre de color de rosa. Pero, ¿sabes? Este blog es un pedacito de mí, de nosotras, de lo que nos gusta, de lo que nos emociona…

Por eso hoy simplemente vamos a dejarnos llevar. Como dice Lara Goretti, vamos a tomarnos un café con la vida y si quieres, contigo, que estás detrás de la pantalla.

No hay DIY de esos que se hacen con cartulina y washi tape, ni descubrimiento bonito, hoy. Quizás, si te gusta, podríamos titularlo DIY para el día a día.


SONRÍE AL DESPERTAR
Nada más que suena el despertador se activa el mal humor que llevamos dentro, Toca salir del confort de la cama y nunca casi nunca apetece.

Dedícate unos minutos a no hacer nada, solo sonríe y piensa en lo grande que puede llegar a ser el día. En todas esas oportunidades que nos esperan nada más pisar el portal.

Seguro que así logramos amanecer más contentos y bufamos menos, porque no hay nada peor que empezar un desayuno con gruñidos.


 ATRÉVETE A SOÑAR DESPIERTO
Cada día se presenta como una rutina. La rutina ayuda a poner un orden en nuestro quehacer cotidiano, pero también nos hace grises si dejamos que se apodere de nosotros del todo. Nos resta espontaneidad.

A veces necesitamos que la cabeza se nos llene de pájaros (en el buen sentido de la expresión) y a mi es una de esas cosas que me encantan y me hacen pelear por lo que quiero en cada momento.
Soñar despierta con un viaje, con alcanzar una meta complicada, ahorrar monedilla a monedilla para comprar un capricho…pequeños o grandes planes que nacen en nuestra cabeza y a base de ponerle ganas (a veces) llegamos a alcanzar.

Y a eso se le llama satisfacción y desencadena la felicidad.


APRENDE DE LOS NIÑOS
Los niños son las personas con menos preocupaciones, lo cual no significa que no las tengan. A ojos de un adulto posiblemente casi siempre son pequeñeces, pero para ellos son tan grandes como las nuestras.
Sin embargo eso no les resta felicidad, ríen, lloran, son espontáneos y se enfadan. ¡Vaya que si se enfadan!, pero son pataletas de 5 minutos. Tras desahogar vuelven a estar contentos. Únicamente dejan que les afecte el mínimo intervalo de tiempo y lo dejan pasar.

Nosotros, tú y yo, que ya somos grandes, somos mucho más cabezotas y dejamos que algunas “tonterías” no nos dejen brillar… ¿Y si somos un poco más niños?


SIENTE LA MÚSICA Y RELÁJATE
Enciende la radio y… ¡baila!
Deja que las notas se apoderen de ti, poco a poco. Siente el ritmo y muévete. Sin vergüenza, solo está la música y tú. Canta, aunque no te sepas la letra. Baila, aunque lo hagas mal. Inventa pasos aunque no salgan perfectos. Gira, salta…hasta que no puedas más (o el vecino no sepa de tu nueva terapia y pida una tregua).
Vale hacerlo en cualquier momento, mientras preparas la cena o planchas la ropa que te vas a poner mañana. Simplemente hay que dejarse llevar… y terminarás con la sonrisa puesta, ¡seguro!



Sabes, los días, a veces, son demasiado grises. Incluso los hay terribles. Días de esos que te gustaría gritar, como hace Mafalda: ”Que se apague el mundo, que me quiero bajar”, pero hay que ver el vaso medio lleno y nunca al revés. Ser positivo siempre suma, nunca resta. 

¡feliz semana!

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